sábado, 17 de enero de 2015

Sin tiempo para buscarla

Por fin encontramos un momento de respiro después de unas Fiestas Navideñas que han intercalado comidas, cenas y compras ocupando el poco tiempo libre que nos deja nuestra rutina diaria y que, por si fuese poco, han tenido su continuidad en la fantástica aventura que supone acudir a las rebajas.

A pesar de que cada vez que se acerca diciembre tratamos de convencernos de que este año sí que vamos a conseguir planificar perfectamente nuestra vida, al final el tiempo nos adelanta y los compromisos nos desbordan.

Nunca encontramos el momento de detener el ritmo trepidante de estas Fiestas para poder dedicarnos a buscar en el cielo la Estrella de Oriente. Hace algo más de 2.000 años la gente miraba asombrada al cielo; hoy en día nos pasamos las Navidades guiados por otras estrellas.

Hoy, por fin, con todos nuestros compromisos superados y con cierta sensación de haber conseguido sobrevivir a la Navidad dedicamos unos minutos a observar el cielo. La Estrella de Oriente ya ha desaparecido y quizás la próxima vez que pase por la Tierra nos vuelva a pillar distraídos.

Con la ilusión de un niño en La Noche de Reyes nos emocionamos y dejamos que sea nuestra imaginación la que decore parte del universo. ¡Qué bonito sería descubrir en el cosmos alguna bonita sorpresa!

Quizás una forma caprichosa en medio de una nebulosa...


...una constelación en forma de meeple...



...o un cúmulo de estrellas formando el reverso de la Pieza de Inicio.




Con los años quizás no solo hayamos perdido la esencia de la Navidad; quizás también se haya marchado la ilusión por inventar un nuevo universo. ¡Una pena!


Carcassonne, Pieza de Inicio