jueves, 7 de mayo de 2015

Carcassonne en la empresa: ¡una idea genial!


Hace poco conocimos a los trabajadores de Atenea tech. Se trata de una pequeña empresa de desarrollo web, con sede en Barcelona, especializada en el gestor de contenidos Drupal. Se trata de un campo con enormes aplicaciones pero, a nosotros, hubo algo que nos llamó poderosamente la atención: ¡entre sus muchas peculiaridades se encuentra la de aprovechar la hora de la comida para jugar al Carcassonne!

Todos conocemos ejemplos de multinacionales que han incluido salas de juego para potenciar la convivencia y la creatividad, pero el caso de Atenea tech es muy especial... ¡y nos encanta!

Como ellos mismos nos explican, todos los días laborables sus cinco trabajadores se reúnen alrededor de una mesa que mezcla losetas, mepples y tupperwares.


Oriol, nuestro trabajador más veterano y fan de los juegos de mesa, fue el primero que nos enseñó a jugar hace aproximadamente dos años. La idea era amenizar la hora de comer con un juego que no fuera demasiado largo ni difícil de montar, y en el que pudieran jugar 4 jugadores o más. La verdad es que Carcassonne gustó a todos desde el principio, y si bien empezamos con el juego básico, al poco tiempo fuimos incorporando diferentes ampliaciones.


Después de probar muchas, nos decidimos por Posadas y Catedrales (imprescindible) y la de Constructores y Comerciantes. Durante un breve espacio de tiempo también jugamos con la expansión del Dragón, pero esta causaba demasiadas tensiones debido a su imparcialidad.


Solemos anotar el resultado de nuestras partidas, haciendo pequeños torneos de 10 partidas, aunque no suele haber premio para el ganador, más que un paquete de Doritos que al final acaba compartiendo con el resto de los rivales.


Personalmente, creo que jugar en mitad de nuestra jornada laboral a Carcassonne nos aporta varios beneficios como empresa. El primero es fortalecer el equipo, ya que jugar juntos hace que nos conozcamos mejor, poder bromear e intimar más con aquellas personas que recién aterrizan en el equipo. Por otro lado, libera tensiones del día a día y sirve realmente como break o tiempo de relajación entre la mañana y la tarde. La programación es un ejercicio enormemente duro psicológicamente, y es imprescindible hacer este tipo de pausas para volver con energías renovadas a la siguiente tarea. Incluso hemos ido juntos a diversos campeonatos y en nuestras salidas de equipo nunca falta el Carcassonne. Ya ha viajado a Cáceres y Valencia y, próximamente, se vendrá con nosotros a Jerez.


Quizás en nuestro país no sea muy frecuente que las empresas introduzcan juegos de mesa en su día a día pero sin duda se trata de una idea genial. ¡Nuestra enhorabuena a Atenea tech por su iniciativa!

Carcassonne, Pieza de Inicio